Desde que viven juntas en su pedazo de chalet, no se puede decir que estas dos rubias tortilleras hayan sido muy discretas en sus manifestaciones amorosas. Sobre todo porque ambas son chicas nudistas, que adoran tomar el sol en bolas, y este día es perfecto para disfrutarlo en el jardín y sin ropa. Pero como son dos cerdas cachondas, ellas tienen que tener sexo lesbico a como de lugar; así que no se cortan un pelo a la hora de besarse y acariciarse, y otras prácticas más íntimas como lamerse los culos para excitarse aún más. Unas vecinas boyeras así serían una pasada, la verdad.