Bien que esta madura lesbiana y su amante jovencita se han encargado de que su relación sea secreta. Y es normal, porque resulta que la chica rubia es la hija de la mejor amiga de la cuarentona, nada menos. Por ahora no quieren que nadie sepa que se follan como dos posesas, porque saben que sería un escándalo. Pero ninguna de las dos puede evitar tener estos encuentros de sexo lésbico, con los coños mojados y caliente y sus clítoris hinchados. Suelen quedar en casa de la tortillera mayor, y allí destrozan la cama revolcándose desnudas entre sus sábanas.