Aunque estas tres universitarias boyeras parecían tener claro que comer coños era lo suyo, ninguna de ellas se pudo resistir a la curiosidad. De pronto, tenían mucho curiosidad por saber si la polla de su compañero de clase sería capaz de prporcionarles orgasmos al igual que las lenguas de otras chicas. Así que este tío tuvo la suerte de poder cambiar a esta tortilleras de acera, y además de hacerlo en grupo. Porque quisieron hacer la comprobación todas a la vez, así que este cabrón no tuvo más que elegir qué coño era el que quería follar primero.