Estudiantes disfrutan con falsas corridas
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Desde luego, qué poco juego le da esta pareja de boyeras a la preciosa lencería que llevaban para su encuentro. Y no es porque no les guste la ropa interior fina y sensual, ni su tacto suave como una caricia; la verdad es que llevar estas prendas y verse es sinónimo de empezar a sentir cómo arden sus coños. Se ponen muy cachondas, no pueden evitarlo, y ya solo piensan que quedarse desnudas y acariciar todo sus cuerpos sin ninguna prenda encima. Total, que por muy sexy que se vistan, no les da tiempo a disfrutarlo; y solo una vez que han tenido sendos orgasmos, se dan cuenta de que han vuelto a caer en lo mismo.