Son dos chicas jóvenes, sanas y deportistas, y pasan mucho tiempo en la pista del polideportivo, practicando diversas disciplinas. Pero no nos engañemos: para estas dos chicas boyeras, el mejor deporte es el que practican en el dormitorio. Y ni siquiera necesitan una cama, pero lo cierto es que les gusta ponerse cómodas cuando empiezan con sus sesiones de sexo lesbico. Y es que todo es pillar uno de sus consoladores, y solo piensan en follarse los culos con él. Pero no se queda ahí la cosa, tienen todo un arsenal de juguetes sexuales, y por supuestos unos ojetes bien abiertos y dilatados con tanta penetracion anal.