Con la mirada hambrienta que la chica morena le echaba a su compañera de clase mientras estudiaban juntas y esta se quedaba desnuda, ya es veía venir lo que pasó después. Estaba claro que su amiga rubia la ponía, y mucho, pero la jovencita lesbiana no se había nunca atrevido a contárselo. Sin embargo, aquella tarde la situación era insostenible, estaban cuerpo a cuerpo frente al pc, y un de ellas estaba cachonda perdida, no podía más. Así que se lanzó, le confesó que era boyera, y se moría por comerle las tetas. No fue lo único que probó, al final le comió el coño también, que la cerda tortillera estaba al borde del orgasmo.