Es lo que tiene ser dos mujeres modernas, exitosas e independiente, que por su trabajo viajan y nunca paran quietas en ningún lado. Estas dos ejecutivas boyeras se conocieran en uno de sus innumerables congresos, y desde entonces hacen malabares con sus agendas para encontrarse. Por eso, no pierden tiempo en saludos ni cortejos, van directamente a un hotel a revolcarse en una cama, con los coños mojados y las lenguas a punto. Estos polvos rápidos les encantan, y hasta ahora no tienen problema con que sea así; si más adelante quieren poder follar tranquilas, claramente tendrá que plantearse otro ritmo de vida.