Esta reunión de preñadas era de lo más normal, hasta que sin previo aviso a estas negras se les ocurrió empezar a desnudarse, todas advirtiendo que las hormonas las tenían muy cachondas. Al parecer, las embarazadas desnudas son como el dómino: caliente una, calientes todas. Estas milfs empezaron a contar cómo sus maridos no les daban tanto sexo ahora como antes, y que sus coños calientes nunca acababan de estar saciadas. Y parece que la solución que encontraron fue arreglarlo entre ellas, y convertir estas sesiones prenatales en orgías de boyeras que se masturban de todas las maneras posibles.