Ponerse a follar en el sofá del salón no es el mejor sitio si estas jovencitas tortilleras no quieren ser pilladas, pero se entiende. En pleno calentón, no se han puesto a pensar en estos menesteres, han ido a comerse los coños y punto. Pero aunque no sean pilladas in fraganti, no hay duda de que sus chochos empapados y sus lenguas mojadas acabarán dejando marca sobre el mueble, y luego tendrán que explicarlo. Si embargo, merece la pena ponerse a pensar excusas si antes una ha sentido un intenso orgasmo, que es justo lo que les va a pasar a ellas.