Cuando esta joven gimnasta vio que tenía que quedarse confinada, contrató los servicios de una madurita entrenadora personal. Desde el principio hubo buena sintonía entre las dos rubias xxx; la jovencita se sentía comprendida y en forma, y la otra estaba encantada de trabajar con ella. ¿O acaso se llevaban tan bien porque ambas eran tortilleras en secreto? Aunque eso duró muy poco, porque tanto roce hizo el cariño o, en su caso, provocó sus coños mojados al instante. Y entonces la guapa entrenadora enseñó a su pupila a estar en forma en sus mejores posturas sexuales.