Esta secretaria negra está ya muy harta de la hija de su jefa, pero no tiene más remedio que aguantarla. Ella trabaja en la casa de su madre, pues es su asistente personal; y de vez en cuando, una chacha para todo. Por si esto no fuera ya lo bastante humillante, la hija es una zorra que, desde que se enteró que era lesbiana, no deja de provocarla mandándole las actividades más ridículas. Pero en uno de estos días, a la negra boyera se le ocurrió llevarse su arnés en el bolso; cuando la chica provocadora apareció en la cocina solo con las braguitas del bikini y las tetitas al aire, ahí vio su oportunidad. Ahora, con una polla entre las piernas, le iba a enseñar a esa engreída quién mandaba allí. Y si la muy guarra no era tortillera también, desde luego bien que gozó con la follada que le metió la asistente de su madre.