Parece que el ambiente veraniego hace que estas dos vecinas ardan, en sentido literal y también en el figurado. Locas y muy cachondas, aprovechan esos ratos junto a la piscina para admirar sus cuerpos, pero parece que ya han pasado a otro nivel. Normal, siendo tortilleras y viendo esos bodys esculturales, llegó el momento en que sólo querían pasar sus lenguas y sus manos  por todas esas curvas voluptuosas, y empezaron en el jardín, por cierto; aunque después acabaron encamadas  practicando sexo oral.