Seguro que habrás escuchado que el yoga abre los chacras y todo ese tipo de asuntos espirituales; pero a estas dos guarras boyeras lo que les ha abierto es el grifo de las corridas. Tras una intensa sesión de la disciplina oriental, las tortilleras xxx se encontraron revolcándose desnudas y cachondas, sin dejar de tocarse los coños. Y entonces, tal y como si tuvieran un interruptor, tocarse el clítoris desembocaba en una corrida femenina a chorros. No hay que decir que las putas acabaron empapadas en sus propios fluidos vaginales, pero con los coños exhaustos y saciados tras una de las mejores folladas lésbicas de su vida.