Tortilleras empiezan el año con juguetes nuevos
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Esta es la típica situación en la que dos compañeras universitarias que se hacen muy amigas, deciden irse juntas una tarde para estudiar juntas y sacar adelante el examen del día siguiente, donde las horas comienzan a pasar y a hacer mella por el cansancio, a pesar de estar cómodamente tumbadas en la misma cama y repasando las cuestiones principales de la asignatura. Tanto es el cansancio por parte de una de las amigas, que lo manifiesta en voz alta y a la otra se le ocurre hacer un pequeño descanso para clarificar las mentes y relajarse un poco. ¿Y qué es lo que se le ha ocurrido hacer?, pues un masaje en la espalda y las cervicales con un bote de aceite aromático y asegurando que es toda una experta en estos temas, intentando convencer a su amiga para que se deje. Claro, la amiga se queda un poquito a cuadros y en principio le dice que no es necesario porque ha oído por la universidad que esta jovencita tiene fama de tener unos gustos lésbicos un tanto morbosos y que consigue tener sexo con sus amigas aunque sean completamente heterosexuales y con novio formal. Pero de nada le va a servir la resistencia inicial, ni sus escusas para seguir estudiando por faltarles tiempo para estudiar. Ella insiste en sus pretensiones y al final no le queda mas remedio que dejarse levantar el suéter boca a abajo, y dejarse masajear por su amiga. Os podéis hacer una idea de lo que va a suponer a continuación esta bajada de defensas en toda regla, por que una vez comenzado el asunto, va poco a poco conquistando zonas del cuerpo y llegando cada vez mas lejos con sus calientes y aceitosas manos tan suaves. Os aseguro que cuando menos se va a dar cuenta, se la va a ver encima lamiéndole todo el cuerpo y provocándole una excitación que jamas había experimentado.