Jovencitas experimentan sus primeros besos lésbicos
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Parece ser que a estas dos boyeras el pedete que llevan las ha puesto muy cachondas, cosa normal por otra parte. Y oye, la ventaja de vivir juntas, es que ahora no tienen por qué andar buscano un rollete para que les quite el calentón. Y se ve que tienen bastante prisa, pues ni siquiera son capaces de subir al dormitorio en el piso de arriba. Total, para comerse los coños y provocarse intensos orgasmos, no es necesario una cama, ¿o no?
Y sus coños mojados no dejan lugar a dudas: necesitan correrse a chorro mientras se masturban la una a la otra.