Y yo que pensaba que a mi madre le caía muy bien mi nueva amiga con tantas invitaciones que le hacía a casa, y la muy zorra tenía otras intenciones. Vamos, que cada vez que se veían en la cocina, y yo pensaban que hablaban de recetas de cocina, en realidad se estaban tirando los tejos. No sé si la rubia xxx, que era mi compañera de clase, sabía lo que estaba pasando, que mi madre se estaba volviendo boyera. Pero poco importaba, porque aunque ella es lesbiana y debía reconocer las señales, lo cierto es que acabaron follando como locas una tarde que se quedaron solas en casa.